El “mejor escultor del siglo XX” también dibujaba

Andrea Boy.
Las obras de Juli González que conserva el IVAM, protagonistas de la primera exposición de la temporada de la Fundación Vila Casas
Si hay una obra que representa el horror de la guerra es la Cabeza de Montserrat gritando creada por Juli González Pellicer, una mujer que lanza un quejido mudo, pero ensordecedor, ante el desastre la injusticia y la barbarie que representa cualquier conflicto armado. Picasso y González estuvieron presentes en París con sus trabajos en el Pabellón de la República de 1936 para denunciar el drama del conflicto civil español. El primero siempre ha sido uno de los artistas más reconocidos. Al segundo le ha costado más encontrar su sitio en el universo artístico, quizá porque su carácter sereno y discreto le mantuvo lejos de la bohemia que frecuentaban otros y porque su mundo era, sobre todo, su estudio.
La muestra presenta a su vez una serie de documentos, que también conserva el IVAM, como la correspondencia con artistas como Picasso (de los pocos amigos que asistió a su entierro después de fallecer de un ataque al corazón en 1942) y la documentación de citas tan importantes para la revalorización de González, como la exposición que le organizó el MoMA de Nueva York en 1952 (en la que se incluyó la pieza Gran personaje de pie que puede verse en Barcelona) y que le lanzó, por fin, a la fama y el reconocimiento internacional.